Por cualquier centro comercial, avenida, calle, plaza, pueden enredarte, se trata que te ofrecen tarjetas de crédito, aparentemente, todo muy correcto… Puedes comprar con ellas, te suelen dar un crédito bastante elevado, comparado con las entidades financieras tradicionales. Te dan la oportunidad de solicitar dinero con las mismas, aparte de pagar tus compras fácilmente.
Financieras como; Cetelem, Cofidis, Wizink (antes Citibank o Barclaycard) y bancos habituales como; BBVA, Liberbank, Sabadell o Santander, ofrecen este tipo de tarjetas. Pero…
¿Dónde está la trampa?
Muy sencillo, ¡en la letra pequeña! Allí consta el interés que debes de abonar y … ¡Oh Sorpresa! Es un interés, claramente, abusivo. En mi humilde opinión, ilegal, puesto que el mismo no es anual. Es decir, si debes 100€ y te aplican un interés anual del 28€, anualmente, acabarías pagando 128€. En cambio, con las tarjetas trampa, el interés que debes de abonar es mensual. Cada mes pagas 28€ de interés de la deuda, con lo cual, acabas pagando de interés por esos, 100€ que te dejaron la cantidad de 336€ anualmente.
Pero alguno de vosotros, ya lo habrá pensado, ¿qué pasa con la amortización del principal? Si de los 100€ la persona acuerda pagar 30€ al mes, entonces, cada mes se irá reduciendo el principal… ¡El gran montante de 2€!
En consecuencia, el mes siguiente no deberá el usuario pagar 100€, no, deberá de pagar 98€ y el interés que deberá de pagar no será 28€ mensuales, será , 27,44€ y así, progresivamente, se irá reduciendo la cantidad a abonar, cada mes. Es así que, al cabo de no sé cuando, totalmente amortice el capital.
El ejemplo está hecho con una deuda de 100€, si la deuda son 1.000€,el interés al final del año serían más de 3.000€, si la deuda son 10.000€, el interés a final de año, sería más de 30.000€.
El problema estriba que el consumidor no se da cuenta de la trampa, puesto que acepta pagar, por ejemplo 30€ de cuota y se suele dar cuenta, cuando lleva dos años pagando 30€ de cuota por una deuda de 200€, por ejemplo.
Si la deuda es grande, se convierte en tarjeta feudal. Dicha deuda, te acompañará toda la vida y será transmitida a tus seres queridos.
¿Qué hacer si te ofrecen una de esas tarjetas?
Amablemente, rechazarla y salir corriendo.
¿Qué hacer si ya la tienes y te están cobrando intereses abusivos?
Contactar con un abogado especialista, como es mi caso, que sabré bien qué hacer. ¡Dichas deudas se pueden anular!